CRECIENDO EN EL ESPÍRITU

LECTURA: 1ª Tesalonicenses 5: 19

de Juan Carlos Castaneda, el sabado14 de abril del 2012 a la(s) 13: 47·

INTRODUCCIÓN:
Una de las necesidades más grandes y urgentes que atraviesa la iglesia de hoy, es la de experimentar un crecimiento espiritual. Quizás nos hemos dado a la tarea de crecer cuantitativamente y hemos dado prioridad a los números en las congregaciones, y no nos hemos preocupado por la calidad de vida cristiana de los fieles que son llamados a ser conforme a la estatura del varón perfecto que es Cristo el Señor.
Uno de los objetivos principales de los ministerios primarios es presisamente este, el de perfeccionar a los santos y llevarlos a la estatura de Cristo, pero lastimosamente no ha sido así, ni por parte de los ministros, ni por parte de los fieles.
Para el apóstol Pablo el vivir en el Espíritu y en constante crecimiento espiritual era una prioridad. En repetidas ocasiones lo escuchamos gritar: “¡Sed llenos del Espíritu Santo!”, “¡Andad en el Espíritu!” , “¡Sembrad para el Espíritu!” , “¡No os embriaguéis con vino en lo cual hay disolución, antes sed llenos del Espíritu Santo!” , “¡No apaguéis al Espíritu!”

1.      ¿QUÉ ES APAGAR EL ESPÍRITU? :
          a)      Es impedirle al Espíritu Santo que edifique al creyente.

2.      ¿CÓMO SE APAGA EL ESPÍRITU? :
         a)      Andando en la carne.

3.      ¿CUÁL ES RESULTADO DE APAGAR EL ESPÍRITU? :
          a)      No hay interés por lo espiritual.
          b)      Hay frialdad espiritual.
          c)      Fácilmente se peca.
          d)     No hay temor ni contrición.

4.      AVIVEMOS EL ESPÍRITU:
         a)      Cada creyente tiene la capacidad de provocar un avivamiento espiritual en su propia vida.

5.      ¿CÓMO PODEMOS AVIVAR EL ESPÍRITU? :
         a)      Consagrándonos.
         b)      Teniendo una vida devocional.
         c)      Oración y ayuno
         d)      Lectura de la Palabra
         e)      Alabanza y adoración
         f)      Congregarse

APLICACIÓN:
Comencemos ahora, hay mas del Espíritu Santo para nosotros, no apaguemos el Espíritu, al contrario avivemos nuestra relación con el dulce y Santo espíritu de Dios, y experimentaremos un avivamiento en nuestra propia vida y un crecimiento espiritual.

Uno de los objetivos principales de los ministerios primarios es presisamente este, el de perfeccionar a los santos y llevarlos a la estatura de Cristo, pero lastimosamente no ha sido así, ni por parte de los ministros, ni por parte de los fieles.